II Domingo de Pascua

Llagas Sagradas Que Reconocemos

LES MOSTRÓ LAS MANOS Y EL COSTADO

1. ORACIÓN

Señor de la esperanza, llena nuestros corazones de tu gracia, permitiéndonos ver la belleza de cada herida y el don de cada cicatriz. Abre nuestros ojos para que reconozcamos nuestras heridas como símbolos de resiliencia, conexión y esperanza. Que reconozcamos la paz que emana de tu presencia sanadora.

2. TU HISTORIA

Comparte un ejemplo de cómo tus heridas te han hecho más compasivo hacia los demás.

3. HISTORIAS ALREDEDOR DEL MUNDO

Filipinos agradeciendo a la Marina de los Estados Unidos por la ayuda durante el tifón

La situación mundial actual puede hacernos cuestionar el amor de Dios en medio del sufrimiento. Catholic Relief Services (CRS) tiene una larga trayectoria abordando esta situación y brindando esperanza a través de iniciativas globales de ayuda. USAID y CRS ha ayudado a millones de personas que enfrentan crisis de salud, pobreza y desplazamiento, luchando contra la malaria, el sida y la hambruna. Sin embargo, la decisión del gobierno actual de reducir drásticamente la ayuda exterior ha provocado un déficit financiero sustancial para CRS. El cese abrupto de la financiación de USAID ha obligado a CRS a comenzar a despedir personal y a cancelar proyectos en todo el mundo, lo que afecta a millones de personas que dependen de sus servicios. El impacto de estos recortes se extiende más allá de CRS. Por ejemplo, en Kenia, donde Maryknoll también ha trabajado para abordar el sufrimiento causado por el VIH/sida, la congelación de la ayuda estadounidense ha dejado varados los medicamentos antirretrovirales (ARV) en los almacenes, dejando a los pacientes con VIH sin tratamientos esenciales. Esta situación subraya las consecuencias más amplias de las reducciones de financiación en las iniciativas de salud global. A medida que las personas en los países en desarrollo enfrentan un aumento de enfermedades y muertes sin el apoyo de países como Estados Unidos y organizaciones como CRS, su fe en la humanidad se hace pedazos y se preguntan: “¿Dónde está Dios en todo esto?” ( Incierto futuro para USAID en la administración Trump, Misioneros, Feb 10, 2025)

4. HISTORIA BÍBLICA

Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.

De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.

Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”.

Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”.

Otras muchas señales hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Juan 20, 19-31

5. REFLEXIONES SOBRE LA LECTURA

A menudo pensamos en la paz como una quietud serena, un escape de la realidad. Sin embargo, cuando Jesús se aparece a sus discípulos, queda marcado por las cicatrices de su sufrimiento. La paz no es simplemente la ausencia de violencia; es una presencia: la plenitud de estar en armonía, shalom. Fue a través de esas mismas heridas que sus discípulos lo reconocieron. La Resurrección de Jesús no borró el dolor de la cruz, sino que lo revitalizó, mostrando que el sufrimiento no es el final de la historia. Las heridas no nos impiden la paz; más bien, pueden ser una fuente de conexión, reconocimiento e incluso sanación. Como discípulos misioneros, llevamos nuestras propias cicatrices, pero al igual que Jesús, no nos definen como rotos. Más bien, revelan nuestro camino y resiliencia; incluso pueden convertirse en nuestros superpoderes. En un mundo que a menudo busca ocultar el dolor, Jesús nos invita a ver que las cicatrices pueden ser símbolos de la alquimia sagrada que transforma el sufrimiento en paz. El Espíritu Santo infunde paz en nosotros, enviándonos —heridos pero completos— como misioneros de la paz.

6. COMPARTIR LA FE

¿Cómo la paz de la Resurrección te capacita para usar tus heridas para ser un sanador en tu comunidad o familia?

7. APRENDER MÁS

La Enseñanza Social Católica enfatiza la responsabilidad moral de las naciones desarrolladas de apoyar y asistir a quienes viven en países en desarrollo. Ante los recortes de ayuda exterior del gobierno estadounidense, reflexionemos sobre nuestra responsabilidad personal como católicos estadounidenses al responder a las heridas del mundo. Considera hacer una donación a Maryknoll para apoyar proyectos afectados por los recortes. Visita la Oficina de Asuntos Globales de Maryknoll para aprender a usar su voz para abogar por políticas justas de ayuda en el exterior.

8. ORACIÓN

Dios de amor, eres la fuente de toda paz. Ayúdanos a comprender que nuestras heridas no nos separan de ti, sino que nos acercan más a tu amor. Que se conviertan en puentes: formas de conectar, sanar y dar testimonio de tu gracia. Abre nuestros corazones al sufrimiento de nuestra familia global y danos la valentía de responder con amor. Donde persiste la injusticia, haznos defensores de la dignidad. Donde flaquea la esperanza, conviértenos en faros de tu paz. Con tu Espíritu Santo sobre nosotros, avanzamos, heridos pero sanos, llevando tu amor al mundo. Amén.